La desazón que expresamos está más que justificada en base a hechos constatables: desde que Manuel Menéndez cogió las riendas de Cajastur en 1995, la política de Recursos Humanos de la entidad ha sido un ejemplo de lo que no hay que hacer: decisiones unilaterales sin negociar con la Representación Laboral e inaplicación de acuerdos y convenios lo que ha llevado a CCOO de Liberbank a tener que judicializar multitud de asuntos que han acabado en la Audiencia Nacional, donde nos han dado la razón una y otra vez.
En Unicaja esa no es la forma de llevar las relaciones laborales. Nuestra Entidad, con sus luces y sombras, que también las hay, se ha caracterizado siempre por una política de dialogo, de comunicación aceptablemente fluida, de acuerdos firmados por la mayoría de la representación sindical que mejoran las condiciones laborales de la plantilla y que se respetan.
CCOO nunca va a apoyar una forma de actuar caciquil y perjudicial para los intereses de la plantilla y, a la postre, de la propia Entidad porque si la dirección no respeta a su gente, ¿cómo pretende que los trabajadores y las trabajadoras estén motivados e implicados en un proyecto cuyo éxito depende, en buena medida, de ellos?
Por ello, CCOO exige que el modelo de gobierno por el que se rija la futura entidad vaya en línea con el que existe, actualmente, en Unicaja, y de acuerdo al peso específico que cada entidad aporte a la integración. De otro modo, se encontrarán enfrente a CCOO, como ya se han encontrado en Liberbank a nuestros delegados y delegadas de CCOO que, día a día, pelean duro para que los intereses de los trabajadores y trabajadoras no se vean lesionados por la política unilateral, lesiva hacia su plantilla y dictatorial del actual CEO, Manuel Menéndez.
Confiamos en que los miembros del Consejo de Administración sean sensibles a estos argumentos y, si la fusión sale adelante, obren en consecuencia de cara al futuro. [...]