- El consumo de ansiolíticos y antidepresivos crece de manera preocupante ante la presión, las amenazas y la falta de respeto de algunos Directores Territoriales y de Área, solo preocupados por salvar sus números y carentes de empatía con los esfuerzos de su equipo acusándoles de no hacer nada, de esconderse, de no ser rentables y de que «si la empresa va a pique será culpa nuestra porque ya estamos viendo lo que está pasando en otras entidades y que nosotros vamos detrás…».
- El envío de correos masivos sobre consecución de objetivos, sobre la previsión de datos, las videoconferencias a primera hora de la mañana, las llamadas a media mañana y las videoconferencias a última hora hacen que el día a día sea insoportable. Profesionales al límite que un día son lo mejor de lo mejor si han conseguido objetivos y otro, unos inútiles por no haberlos alcanzado. Si le dedicamos la mañana a las videoconferencias, a atender llamadas, a rellenar hojas de Excel, ¿cuándo se gestiona el trabajo para cumplir los objetivos?
- Ya no es suficiente cumplir objetivos al 100%, ahora hay que cumplir al 300% en determinadas campañas, con la amenaza de no salir en la foto porque, ahora, el mundo parece acabarse el 30 de junio. DEMENCIAL. Y todo ello con una insuficiente dotación de medios informáticos en muchas oficinas que tienen que trabajar con ordenadores y sistemas prehistóricos en plena era digital.
- Y para colmo, cientos de personas —la mayoría de las cuales carecen de remuneración por desempeñar puestos de dirección, intervención, gestores o responsables— han visto bajar sus oficinas de clasificación (tal como denunciamos en nuestra circular de 16/3) sin que, hasta el momento, se haya iniciado una negociación para alcanzar un sistema más justo, verdaderamente motivador y acorde con la estructura comercial de Unicaja.
Unicaja debe atender las propuestas de CCOO para revisar la clasificación de oficinas, mejorar la actividad comercial y promover la motivación y la productividad atendiendo a las cargas de trabajo. Se deben mejorar los pluses de responsabilidad y dotar de medios tecnológicos suficientes. Igualmente, debe censurar las actuaciones de los directivos que convierten el día a día de la plantilla en un infierno con lo que no solo están perjudicando a estas personas sino a los propios intereses empresariales al estar creando una legión de profesionales desmotivados y muy afectados psicológicamente.