Esperamos mucho de esta nueva etapa iniciada tras el nombramiento del nuevo CEO, pero la realidad es que los pasos que se están dando en la mesa de relaciones laborales son tan insignificantes que empezamos a dudar de que, realmente, Unicaja tenga la intención de avanzar en la necesaria superación de un clima laboral tóxico y altamente perjudicial para la plantilla y para la propia empresa.
No vemos señales que nos tranquilicen cuando:
- Se nos plantea un modelo de homologación totalmente inaceptable.
- Se nos dice que de mejoras salariales ni hablamos (siendo de las entidades peor pagadas del sector)
- Se toman medidas unilaterales de rebajas de los topes de los préstamos que son irrisorias para lo que están ofreciendo otras entidades.
- Se mantiene la insuficiencia de personal en las oficinas.
- Las directrices comerciales siguen siendo incomprensibles, ordenando hoy una cosa y mañana, la contraria. Y en esos vaivenes, la plantilla actuando como ‘escudos humanos’ de una clientela cada vez más enfadada con la entidad.
SUPERADA LA CRISIS DE GOBERNANZA, TOCA ABORDAR LA CRISIS LABORAL YA.
O UNICAJA LO ENTIENDE O PELIGRA LA PAZ LABORAL.