El amplio seguimiento de la huelga de dos horas convocada por CCOO y UGT y las multitudinarias manifestaciones celebradas en todo el país (que tiñeron las calles de morado) han marcado un punto de inflexión para que las cosas no continúen como hasta ahora y emprender los cambios necesarios para conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres. Porque sin igualdad no hay democracia.