Lo que está pidiendo la plantilla no son posiciones descabelladas ni fruto de la irreflexión. Hablamos de peticiones sensatas, ajustadas a la realidad del sector y acordes con nuestro compromiso diario. Somos profesionales que conocemos bien los requerimientos del regulador y las crecientes exigencias que nuestro trabajo conlleva. Sabemos lo que hay que hacer y lo hacemos con responsabilidad, pero también somos conscientes de una realidad incuestionable: somos, con diferencia, de los peores retribuidos del sector.
Nos dicen que NO a modificar la ratio para calcular la paga de beneficios, nos dicen que NO a la regulación y mejora de todos los puestos funcionales, nos dicen que NO a acortar los tiempos para subir de nivel o de clasificación, nos dicen que NO a transformar a los Segundos Responsables en Interventores, nos dicen que NO a mejorar las consolidaciones salariales, nos dicen que NO a optimizar el protocolo de integraciones de oficinas, nos dicen que NO, bochornosamente, a un incremento aceptable para la totalidad del BCC, nos dicen NO a tener un equipo de sustituciones, nos dicen que NO hasta al día de vacaciones extra que se acordó en Convenio. Incrementar esos conceptos, para ellos, “no es sensato”, aunque parece que sí que lo es el incrementar la retribución de la alta dirección.
Nos acusan de una posición inmovilista…cuando lo único que hacen es dar pasos en la dirección de SUS propias propuestas, ignorando por completo las propuestas de la plantilla. Eso no es negociar, eso es imponer. A veces da la sensación de que buscan deliberadamente el fracaso de esta negociación.
Actualizar los salarios, dignificar las condiciones laborales y apostar por una plantilla motivada no es un gasto, sino una inversión en la supervivencia de su modelo actual.
En ese monólogo, que no nos esperen. Mano tendida, pero…¡¡Ni un paso atrás!!