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Formación SÍ... pero NO ASÍ


El creciente número de cursos impuestos está generando descontento en la plantilla.


Como sabéis el creciente número de cursos impuestos está generando descontento en la plantilla, ya más que abrumada, percibidos como una sobrecarga adicional que no siempre se alinea con sus necesidades y que interfiere con su trabajo diario y vida personal. La formación continua es fundamental en nuestro sector, donde el conocimiento especializado mantiene la calidad del servicio y mejora nuestra eficiencia…pero no así.

Para evitar esta situación, sería útil involucrar a la plantilla en la planificación de la formación, asegurando que los cursos sean relevantes, flexibles y adaptados al ritmo de trabajo. Es preferible priorizar la calidad sobre la cantidad, con formaciones específicas que aporten verdadero valor, en lugar de imponer un exceso de cursos que, además, no siempre cuentan para recertificaciones ni se ajustan a su desarrollo profesional y que generan un desgaste y saturación innecesarias.

Desde CC.OO. solicitamos mayor transparencia en la planificación de los cursos, de manera clara y accesible, para que cada empleado pueda tomar decisiones informadas sobre su formación, acorde a sus necesidades y aspiraciones profesionales.

Además, planteamos las siguientes medidas para evitar confusiones y malestar:

  1. Claridad en la obligatoriedad: Que se informe claramente sobre qué cursos son obligatorios, evitando la presión innecesaria sobre la plantilla, ya que muchos creen que los asignados sin su solicitud son de obligado cumplimiento.
  2. Facilidad para renunciar a cursos no obligatorios: Si el curso es voluntario, debe haber un proceso simple para darse de baja o rechazar la inscripción, sin causar dificultades ni consecuencias negativas.
  3. Eliminar burocracia innecesaria: Evitar el requerimiento de autorización de la Dirección Territorial para rechazar cursos no obligatorios, como sucede actualmente al solicitarlo por remedy o correo, provocando una pérdida de tiempo innecesaria.

No podemos tolerar que la formación, un derecho fundamental, se convierta en una fuente de presión que genere aún más estrés. La formación debe empoderar, no agobiar, asegurando el bienestar integral del personal. Formación sí, pero no así!!